Qué hacer con la basura en la ciudad
Es necesario remediar la situación de los basurales. Lo fundamental, es apostar a la educación para formar recursos humanos en la temática. La provincia debería convertirse en un aula- taller hasta conseguir disminuir el impacto negativo que producen. Los fondos deben partir del municipio, pero también de aportes provinciales, nacionales y/o internacionales, más el aporte de las empresas concesionarias.
A medida que se consolidaron los procesos de urbanización, la cuestión de los residuos urbanos se ubica entre los principales problemas a resolver. A ello se suman los desatinos cometidos al no tener en cuenta (ni controlar) los preceptos de la leyes vigentes en la materia.Por eso es que deben distinguirse -en lo inmediato- dos procesos: el primero, que atienda a la remediación de los antiguos basurales y el segundo, que dé respuesta a la demanda actual de explotaciones sustentables.
En ambos casos, será menester recurrir a todo el arsenal educativo de que se disponga y/o contrate. Porque es apostando a la educación vecinal como se podrán paliar las consecuencias negativas que se derivan de la gestión de residuos urbanos.
Por cierto que cada caso tiene su particularidad, pero no se debe dejar de lado otras categorías de residuos de mayor peligrosidad y compromiso ambiental, como las descriptas en la ley.
Pasando a un ejemplo práctico, sugerimos que al tratar los residuos provenientes de podas, se genere una “Leñera Social”, la que asegurará la provisión de leña a las familias que consumen éste tipo de combustible y por otra parte, protegerá las especies arbóreas. A cargo de las mismas, se podría destinar a los beneficiarios de los distintos planes sociales de cobertura.
Lo mismo se podría encarar, en lo referente a los “escombros”. Bastaría con depositarlos en predios cercados y conformar equipos de limpieza que separen ladrillos (utilizables para mejoramiento de viviendas) y el resto que puede ser comercializado para contrapisos, etcétera.
Volviendo al desafío educativo, existen Centros de Ecología universitarios y ONGs, especializadas en capacitar y formar recursos humanos en la temática de aprovechar las fracciones reutilizables o reciclables de los residuos. La provincia debería convertirse en un aula- taller hasta conseguir disminuir el impacto negativo que producen.
Todos generamos basura, es responsabilidad de todos gestionarla adecuadamente. El Estado deberá conducir el proceso promoviendo el cumplimiento de la ley.
Queda claro que los fondos municipales deben ser la piedra angular en la arquitectura de construcción de una solución, sin perjuicio de los aportes provinciales, nacionales y/o internacionales (Banco Mundial, BID, por ejemplo), más el aporte de las empresas concesionarias que deberá expresar el compromiso social con el Ambiente.
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